Según datos de McKinsey, en 2017 se vendieron en el mundo cerca de 1.3 millones de vehículos eléctricos (EV). Si bien es cierto, la cifra solo representa el 1% de las ventas totales de autos de pasajeros, es un 57% mayor que la presentada en 2016, lo que demuestra que el mercado crece de forma acelerada. Además, no se presentan señales de que la tendencia vaya a disminuir, pues se estima que para el 2020 la industria llegue a los 4.5 millones de unidades vendidas.
En este contexto, cada día hay en el mundo más plantas de fabricación y ensamble de vehículos eléctricos donde, por supuesto, hay riesgos laborales que deben ser de considerados.
Accidentes y riesgos laborales asociados a la fabricación y ensamblaje de EV
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), cada 15 segundos 153 trabajadores tienen un accidente laboral a nivel mundial. Muchos de ellos ocurren en líneas de fabricación y ensamblaje a gran escala.
En el caso de las fábricas de vehículos, las cifras de siniestralidad señalan que la cantidad de accidentes y enfermedades profesionales por trabajador (3,9%) es más alta zque las de otros sectores, aparentemente más peligrosos, como la minería, (2,3%) y la industria química (2,4%).
Los accidentes más comunes que se pueden presentar son:
- Golpes con elementos que caen desde la altura.
- Caídas.
- Cortes producto del mal uso de maquinaria o herramientas.
- Choques contra objetos móviles e inmóviles (por ejemplo, en abril de este año el empleado de un subcontratista de Tesla fue golpeado por un vehículo de arrastre.
- Quemaduras (como la que sufrieron en 2013 tres trabajadores de Tesla luego de que una prensa de fundición de aluminio fallara y derramara metal caliente sobre ellos).
Un peligro adicional: la manipulación de baterías
Los coches eléctricos usan baterías de ion-litio, la misma tecnología que se encuentra en las pilas de los smartphones. Estas son altamente propensas a explosiones ocasionadas por sobrecalentamiento o cuando se usan voltajes incorrectos, por lo que es necesario mejores y eficientes protocolos de emergencia y seguridad. Una mala manipulación de este elemento puede derivar en un incendio con graves daños a la salud del empleado.
Sumado a lo anterior, diferentes estudios señalan otros riesgos laborales:
- Riesgos ergonómicos: de acuerdo con un análisis de riesgo ergonómico en una empresa automotriz mexicana, de las operaciones examinadas, 8 (23%) presentaron un nivel de riesgo ergonómico alto; 12 (35%), un nivel medio; 3 (9%) un nivel de riesgo leve; 6 (18%), nivel de riesgo muy leve y 5 (15%), se encuentran en nivel aceptable. Por supuesto, estas cifras varían de una compañía a otra, pero dan una luz de los peligros en mención.
- Trastornos musculoesqueléticos: lo anterior puede derivar en este tipo de trastornos, entendidos, según la OSHA Europea, como alteraciones que sufren estructuras corporales como los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, nervios, huesos y el sistema circulatorio, causadas o agravadas fundamentalmente por el trabajo y los efectos del entorno en el que éstos se desarrollan.
- Higiénicos: exposición prolongada a ruidos ambientales y a vapores y gases tóxicos o inflamables, como CO2, NO2, NH3, g.
- Deceso por descargas eléctricas: los voltajes presentes en vehículos eléctricos son de hasta 650 voltios de corriente continua, y el contacto accidental con voltajes por encima de 110 Voltios, en condiciones secas, puede ser fatal.
Todos estos riesgos pueden ser reducidos con un plan integral de seguridad y salud ocupacional que contemple medidas preventivas como:
- Capacitación a los trabajadores.
- Uso de indumentaria y materiales de protección adecuados.
- Higiene y control de entorno físico de la estación de ensamblaje.
Para obtener mejores resultados de dicho plan, se puede optimizar la gestión de la prevención a través de un software especializado en el área donde podrás evaluar el riesgo por trabajo repetitivo asociando el nivel de riesgo a la predictibilidad de aparición de un trastorno en un tiempo determinado, respondiendo a las necesidades de analizar los aspectos relacionados con la organización de la mano de obra.