En la minera donde trabajas están incorporando la estructura general de las “Tres Líneas de Defensa” para la gestión de riesgo y seguridad ocupacional. Este sistema de control efectivo es mundialmente conocido como modelo 3LD e involucra desde la alta dirección y el directorio hasta los operarios en terreno. Todos interpretan un papel clave. En la teoría, suena lógico comprometer a todas las áreas y gerencias a tener un rol activo para evitar y mitigar riesgos inherentes en la minería.
Para eso, tu compañía minera ya aprobó un protocolo, definió el plan de acción y las estrategias específicas para cada dimensión (medio ambiente, seguridad, salud ocupacional, etc.). El problema es que ninguno de los involucrados entiende bien todavía sus roles y responsabilidades, y la línea a la que pertenece no está clara. Como dueño del modelo de riesgo y control, debes evitar a toda costa que cunda la impaciencia. La urgencia de implementar esta estructura impera y no hay tiempo que perder. Te recomendamos tranquilizar a los colaboradores primero, y ponerlos en modo combate.
Tus operarios, jefes de área y gerentes rápidamente entenderán cómo funcionan las tres líneas de defensa si les explicas que hay que combatir los riesgos como si se tratase de una guerra.
PRIMERA LÍNEA DE DEFENSA: Infantería
En todo campo de batalla, siempre hay una línea de soldados que pelea cuerpo a cuerpo. Es la infantería, que está más expuesta a recibir golpes, tener luchas cuerpo a cuerpo, y a recibir los proyectiles con el objetivo de empujar al rival tras líneas enemigas.
En el caso de la faena minera, son los operativos en terreno y su liderazgo directo (desde los jefes de cuadrilla, supervisores y prevencionistas de riesgo, hasta los superintendentes de mina o planta).
En esta línea radica el éxito de la prevención y control del riesgo. La primera línea es responsable de diagnosticar y clasificar; evaluar y analizar; prevenir, evitar o mitigar aquellos riesgos inherentes y los riesgos residuales de las actividades propias de la minería.
Las funcionalidades a este nivel comprenden:
- Dueño del proceso. Son los capitanes, tenientes, subtenientes y alféreces. Son líderes y están en terreno, en el lugar y momento adecuado para atajar el riesgo, con una visión estratégica y panorámica de la situación. Son responsables del proceso en totalidad. Están al tanto de toda la selección de riesgos inherentes y residuales que atañen la actividad minera, sus probabilidades y estados de situación.
- Dueños de los riesgos. Son los suboficiales mayores Es el líder del equipo de clases y conscriptos, responsable de que se comuniquen. Debe velar porque la gestión del riesgo esté de acuerdo con la definición corporativa. Además, debe monitorear que los controles y el avance de los planes de acción sean eficientes.
- Dueños del Plan de Acción: Pueden ser ambos. Debe asegurarse de que las tareas del plan de acción se ejecuten. Además, debe informar problemas, retrasos y contratiempos que afecten la función del sistema.
- Dueños del control: Son los prevencionistas de riesgo. Ejecutan los planes de control de prevención, detección o mitigación del riesgo.
- Responsables de la tarea: Son los soldados. Ejecutan la tarea y reportan problemas, retrasos y avances.
También juega un rol importante identificar e involucrar al segundo al mando o “mano derecha”, o bien un influenciador dentro del equipo.
SEGUNDA LÍNEA DE DEFENSA: Caballería, Oficiales Jefes y Superiores
La Primera Línea no juega bien sin recibir órdenes claras del nivel más alto en el escalafón militar.
En este caso, el comandante en jefe equivale al presidente ejecutivo, director ejecutivo o CEO, o gerente general de la empresa, y su equipo multidisciplinario de generales oficiales, generales de división, generales de brigada, brigadieres, coroneles, y mayores.
Sus equivalentes en una compañía minera son:
- Gerencia General
- Gerencias Corporativas de Gestión de Riesgo y Control
- Gerencias de Seguridad y Salud Ocupacional
- Gerencia de Medio Ambiente y Relaciones con la Comunidad
Esta línea de defensa está normalmente ubicada en los comandos centrales (oficinas corporativas o casas matrices) y tiene como rol dar soporte, respaldo y motivar a la primera.
Para ser efectivos, ofrecen herramientas, facilitan procedimientos y aconsejan la práctica del control de riesgo para que sea eficaz y efectiva.
Tiene un rol multifacético, anticipándose a errores o reaccionando a estos, supervisando y guiando cuando es necesario.
Entre sus roles destacan:
- Asistir a los dueños de riesgos, procesos, planes y control en la práctica de la gestión operativa y notificarlos de los riesgos definidos corporativamente.
- Supervisar el cumplimiento de la legalidad y reglamentos asociadas al control de un riesgo.
- Junto a la primera línea de defensa, definir los controles internos efectivos de mitigación, evasión y prevención.
- Levantar inteligencia sobre riesgos inherentes y residuales específicos que no estén incorporados en el plan de acción, analizarlos y clasificarlos, y darles visibilidad.
TERCERA LÍNEA DE DEFENSA: Justicia Militar, el Auditor General y los Consejos de Guerra
Toda esta estructura de soldados, oficiales y generales en batalla debe rendir cuentas sobre sus errores a la Justicia Militar. Esta figura bien podría ser el contralor, el fiscal y el área de auditoría interna de la empresa.
En el caso del mundo privado, las responsabilidades de los auditores internos y externos conciernen a ambas líneas de defensa por igual. Deben velar porque logren los objetivos de gestión de riesgos y controles dentro de parámetros establecidos y conforme a la regulación pertinente.
Su rol es único, ya que otorga seguridad y confiabilidad global sobre la efectividad del plan de acción de gestión de riesgo y control, explica el Instituto de Auditores Internos de Gran Bretaña (IIA UK por sus siglas en inglés).
Su visión global desde la fiscalización le permite orientar esfuerzos hacia la detección de buenas y malas prácticas sin la “distracción” que significa mitigar o reducir riesgos.
Ganar la batalla y la guerra
Finalmente, como en todo combate, hasta la estrategia más pensada y analizada está expuesta a riesgos.
Si las líneas de defensa de tropas y unidades están formadas de forma inteligente, el resto de la estrategia funciona a la perfección. Si se equivocan, no siguen órdenes, o el fuego enemigo los pilla desprevenidos, corren el riesgo de perder la batalla y la guerra.
Por ellos, es importante que la implementación de un modelo 3LD sea ejecutada a través de un software de gestión de riesgos HSEQ, ya que aclara objetivos, transparenta decisiones, e identifica la cadena de mando desde el principio.