Cuando hablamos de accidentes, hablamos de personas y familias, de vidas, expectativas, sueños y esperanzas, por lo que la meta debe ser cero accidentes fatales; es una dimensión ética en que todos debemos comprometernos.La ocurrencia de los accidentes laborales es un fenómeno preocupante. De acuerdo con estimaciones de la ACHS, en Chile mueren -en promedio- cinco trabajadores por semana producto de estos eventos, siendo los sectores Industrial (36%), Maderero/foresta (14,3%) y el Construcción (10,9%) los que más están expuestos a accidentes graves y/o fatales.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), cada 15 segundos fallece un trabajador por causa de un accidente o enfermedad laboral y, en el mismo lapso, 153 trabajadores sufren accidentes. Eso significa que cada día mueren 6.300 personas.
A nivel latinoamericano la situación no es diferente:
- En Perú, se recibieron 162 notificaciones de accidentes de trabajo mortales en 2017.
- En el mismo año, en México se accidentaron 47 personas cada hora.
- En Colombia, en los primeros cinco meses de 2018 se reportaron 10.500 accidentes laborales, de los cuales 8 fueron fatales.
Aparte de las pérdidas humanas -que, sin duda, tienen una gran importancia-, existen otros daños en relación con la pérdida monetaria que sufren las organizaciones, los cuales deben ser reconocidos y evaluados.
El iceberg de los costos de un accidente
La frecuencia de los accidentes resulta más costosa de lo que parece. Esto es porque este tipo de sucesos conlleva gastos que no son evidentes, pero que constituyen una pérdida real de las utilidades de la empresa.
En ese sentido es preciso distinguir dos tipos de costos:
- Costos directos: son aquellos que involucran tanto a la prevención como el post accidente, y se relacionan con las compensaciones al trabajador. Por ejemplo, las aportaciones por concepto de seguro de riesgos o indemnizaciones.
- Costos indirectos: son el conjunto de pérdidas que sufren las empresas producto de los accidentes laborales, como el tiempo perdido de la jornada laboral, los daños causados en instalaciones, maquinaria o equipo, la pérdida en materia prima, la financiación de la investigación, el deterioro de la imagen corporativa, la pérdida de clientes o riesgos psicosociales en la organización, entre otros.
Al igual que la parte visible de un témpano de hielo, los costos directos por las empresas son solo una pequeña fracción de los costos reales, los que pueden ser medidos y controlados. Sin embargo, una compañía preocupada por los gastos operacionales debe considerar la “parte profunda del iceberg”, es decir, los costos indirectos que requieren de más complejidad para cuantificar.
¿Cuánto cuesta para una empresa un accidente fatal?
De acuerdo con la circular N° 3336 de la Superintendencia de Seguridad Social, en caso de accidente grave o fatal la empresa debe suspender las faenas afectadas y, de ser requerido, evacuar el lugar de trabajo.
El valor monetario de las pérdidas, entonces, depende de la magnitud de las operaciones de la empresa. Pero si consideramos que los accidentes son más comunes en sectores como la construcción o en empresas forestales, la paralización de las faenas supone pérdidas de millones de dólares.
De hecho, se estima que los incidentes laborales comprometen en un 18% a 20% el presupuesto de las operaciones.
Conceptos de la gestión de pérdidas
Para una buena gestión de los costos es preciso que las organizaciones en su plan estratégico integren conceptos como:
- Pérdida de Producción Estimada (PPE): se refiere a aquellas pérdidas de producción debido a la ocurrencia de un incidente, sin considerar las acciones para mitigar los efectos.
- Pérdida de Producción Evitada (PPEV): consisten en los costos por concepto de la implementación de planes de mitigación o contención de los efectos de los incidentes.
- Pérdida de Producción Real (PPR): son las pérdidas que tienen un efecto directo en el flujo de caja de la empresa.
¿Cómo evitar las fatalidades?
Para disminuir los costos de un accidente, la gestión empresarial debe ser acompañada por una optimización de la eficiencia. De ahí que es necesario la aplicación de un sistema de gestión en seguridad y salud laboral.
Como vemos, es importante el diseño de los procesos estratégicos de las operaciones y la implementación de mecanismos de gestión oportunos que permitan tomar las decisiones correctas en materia de bienestar en el trabajo. Es esencial, tomar medidas preventivas y correctivas ¿Qué hacer frente a un accidente grave o fatal?